Diferencias

Hoy, el discurso político al uso, se habla mucho de la diferencia cultural. Se ha creado todo un discurso -¿postmodernista?- de la diferencia. En este momento de capitalismo salvaje, procesos desbocados de acumulación/concentración de riquezas en manos de unos pocos, la diversidad/diferencia cultural ocupa gran espacio en los programas de los líderes políticos/económicos.
No hace falta ser muy astutos para darnos cuenta de la coartada. La muerte de los comunismos se llevó por el mismo desagüe la dictadura del proletariado, la lucha de clases, el materialismo histórico, el determinismo económico… Todo esto ha desaparecido.
No se trata de “resucitar” a Marx, pero sí centrarnos en lo importante: las clases sociales. Raza y género, aspectos en los que se centra fundamentalmente esta ideología de la diferencia, también existen. Pero no podemos desviarnos del principal objetivo del capitalismo si queremos acertar.
Hay un proceso, -¿sublimación?- de alejar los términos raza y género de sus condicionantes económicos dándoles una especie de categoría de superestructura con cierta autonomía. Una vez situadas allí la búsqueda del origen de esas desigualdades se centra en el poder, en las representaciones culturales…y cosas por el estilo. NO quiero defender el determinismo económico como causa única de todas las desigualdades, sino que no se pueden analizar los procesos culturales sin atender a las exigencias económicas del capitalismo.
La diversidad cultural, la política de la diferencia, no puede ser considerada en la economía brutal del mercado como si se tratara de estanterías en las que se ofrecen productos diferentes que cada uno puede o no asumir. Raza, género y clase social están interrelacionados pero no tienen las mismas causas. Y en este momento el capitalismo, o neocapitalismo, es más brutal que nunca. Ocultar las causas ha sido un mecanismo eficaz para conseguir la dominación. Los valores se han transformados en precios. Creo que los educadores debemos aclarar y tomar conciencia de esta realidad: diversidad si, pero acabar con la desigualdad es el objetivo principal.